Unidos todos ganamos

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Dale una mano a tu vecino

02 abril 2010

Una verdad inconveniente


Nota; Este correo fue enviado por el vecino Adolfo Añez. Con su permiso, pasamos a reproducirlo. Si usted que nos lee tiene ideas sobre la morosidad, puede escribirnos para hacernos llegar sus puntos de vista.

Amigos y vecinos:

Hace muchos años se usaba la práctica de colocar la lista de morosos en una pizarra y no levantarles la barrera de manera tal de "rayarlos" y obligar a que se bajaran del vehículo a levantar la barrera. Esto se hacía sin tan siquiera conversar con el "moroso" y buscar la forma de que cancelara su deuda. En una oportunidad me convertí en moroso por circunstancias que nos ocurren a todos en algún momento de nuestra vida y aparecí en la lista de "morosos para que se rayen" y no me levantaban la barrera. No se consiguió nada porque simplemente a mí no me "raya" quien quiere sino quien puede, y con respecto a la barrera yo introducía la trompa de mi carro, sacaba la mano por la ventanilla y empujaba la barrera y ésta quedaba levantada, e informé por escrito a la "junta" lo que estaba haciendo. 

La salomónica decisión fue erogar una cantidad de dinero de los vecinos para colocar un tubo colgante para que yo no levantara la barra desde el vehículo
Al final decidí por mi cuenta cancelar mi deuda y ponerme al día. Luego me convertí nuevamente en moroso por que la "junta" no me permitía cancelar  mi mensualidad si no incluía la cuota del "servicio de agua" que no recibía y yo solo cancelaba el servicio de vigilancia que sí recibía. 

Ahora cuando recibo agua decidí cancelar mis cuotas, atrasadas compulsivamente, por la "junta".

Este relato es para ilustrar que esas medidas de presión no sirven de nada y, muy por el contrario, incrementan la morosidad. Pienso que la solución es la conversación amistosa de persona a persona detallando lo que se ha hecho y lo que se puede hacer con las cuotas de los vecinos si todos cancelamos oportunamente. Acordar con el vecino, en retraso de pago, para que fije un plan de cancelación de su deuda de acuerdo a sus posibilidades económicas y no un plan de pago prefijado. 

Pienso que si tomamos esta acción al final sabremos quien puede y desea pagar, quien desea y no puede pagar y, quien puede pero no desea cancelar

Así sabremos con quienes podemos contar aunque sea con pocas cantidades mensuales y se reduciría considerablemente el número de personas con quienes tendríamos que buscar otras opciones para lograr el pago.  
  
El secreto está en el verbo y no en acciones compulsivas y, muchas veces viscerales.
Saludos
Adolfo

  " Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así por que no nos animamos a pelear"  
Mahatma Gandhi

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