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05 abril 2010

Los vecinos opinan sobre morosidad

El siguiente mensaje fue enviado por el amigo y vecino Oscar Almarza, en relación a la discusión sobre qué hacer con la morosidad en los pagos de mensualidades.

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ESTIMADOS TODOS: amigos, vecinos, compatriotas, camaradas, conocidos…

Reciban un cordial saludo. Comentando sobre la situación de vida en comunidad es algo difícil llegar a conclusiones de quien tiene la razón, y que se debe hacer o no, en el caso de las situaciones donde algunos vecinos pagan sus cuotas de condominio y otros no sea por los motivos que sean, con sus razones válidas a su modo de ver.

Lo cierto es que vivir en COMUNIDAD implica, normas, reglas, leyes, y sobre todo CONCIENCIA DE BUEN CIUDADANO.

Qué debe hacer un buen ciudadano? Entre muchas otras cosas es respetar a sus vecinos como quiere que lo respeten a él. Todos vivimos en nuestra urbanización y disfrutamos de lo bueno y también sufrimos lo malo que sucede en nuestros entorno. Por lo tanto, a veces parece INJUSTO que lo bueno que aportan LOS MUCHOS lo disfruten sin ganárselos LOS POCOS.

Yo particularmente estoy de acuerdo en que debe tomarse una decisión al respecto (y de manera urgente y definitiva), por consenso de la mayoría, y aplicarlo. Porque no es lógico que un grupo de vecinos financie los servicios a otros que, por el motivo que sea, no puedan o no quieren pagar.

Hay muchas formas de regular estas situaciones, que se ponen en práctica en muchos condominios, asociaciones, urbanizaciones, comunidades, etc. Y eso sin entrar en discusiones o diatribas sobre que es legal o no es legal, que se puede o no se puede, que si se debe o no se debe. Lo cierto es que las aplican y en su mayoría FUNCIONAN y se corrigen las cosas que se quiere lograr.

EJEMPLOS

Suspender en forma temporal los privilegios que el vecino deje de cancelar, llámese servicio de vigilancia, y los beneficios que esto conlleve, publicar sus nombres en cartelera pública u otros medios impresos locales, suspender su derecho a voz y voto en asambleas, etc..

Por supuesto esto debe hacerse mediante consenso y con una  mayoría reglamentaria y estableciendo sus excepciones anunciadas, notificadas y aprobadas dependiendo del caso. Pero en términos generales hay que elaborar NORMAS Y REGLAMENTACIONES DE VIDA en nuestra urbanización y hacerles cumplir. Si las personas no pagan la luz (o el teléfono o el cable o Internet), se la cortan, no las puede disfrutar y noy derecho a pataleo.

EJEMPLO VIVIDO

Días atrás fui a visitar a un amigo a una urbanización similar a la nuestra, y al llegar a la caseta de vigilancia y solicitar pasar, el vigilante me preguntó a que casa me dirigía mientras tomaba mis datos personales y los del vehiculo, (como debe ser), y al darles el nombre del propietario me dijo que no podía ingresar pues esa persona no estaba al día con el condominio y tenia suspendido TEMPORALMENTE sus privilegios.

Excesos, razón, derechos, deberes, obligaciones, leyes… ahí les dejo esa vivencia para meditar.

Lo cierto es que lo primero que todos debemos hacer es pensar en grande para ser grandes… y que todo lo que se esta haciendo es para mejorar la calidad de vida de todos; y todos debemos colaborar para lograrlo. Que cada quien se ponga la mano en su corazón, reflexione, revise su conciencia, luego su bolsillo y ayude a todos a un mejor vivir, que eso también revaloriza nuestras vidas y nuestras propiedades.

Saludos a todos y saquen sus propias conclusiones. ¡Feliz Semana Santa!

Oscar Almarza 
oskaralmarza@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Pagar o no pagar?


Podemos entender a aquellos que se han sentido dolidos por una gestión que, en el pasado, no daba cuentas ni noticias de lo que hacía. Y no precisamente porque el dinero se lo embolsaban. Creemos que otras razones los envolvían. Quizá, el desconocimiento de la administración, o tal vez, el que los directivos hayan sido víctimas, al delegar en otros la solución de los asuntos. De cualquier manera, trataron de mantener a flote los restos de la urbanización ante la gran indiferencia y desafecto de los demás. Porque éste es el verdadero problema: la indolencia de la mayoría de los vecinos, la escasa o nula cooperación que dan ante lo retos que se presentan a la comunidad. Por eso Carialinda se convirtió en un lugar olvidado de Dios. A l punto de llegar al estado actual de cosas: invasiones a sus puertas, vetustez de sus instalaciones y de sus servicios, y otros renglones de los que mejor no hablar.

Bien que mal, un grupo reducido continuó trabajando (repetimos que ante la indiferencia de los demás), y con esa labor al menos mantuvieron las apariencias. Que lo hayan hecho con mediana o escasa efectividad corresponderá juzgarlo a la luz de las próximas juntas.

Ahora bien, nuevos tiempos se presentan en la urbanización, y con ellos, una nueva junta administradora (provisional, por los momentos) que ha traído, a corto plazo, algunas soluciones que comienzan a hacerse realidades. Si no del todo perfectas (ya que son muchos los problemas), a lo menos perfectibles. Y eso es un buen comienzo.

Hay nuevo ánimo, optimismo, un mayor grado de participación y, muy importante, confianza en la nueva gente. Pero esto no ha llegado de la nada, sino respaldado por el trabajo perseverante de un grupo de vecinos que no escondió la cabeza. Y este trabajo, cuyas mejoras podemos palpar en cada lugar de nuestra urbanización, necesita ahora de apoyo y de nuestro aporte monetario para seguir desarrollándose y creciendo en proyectos beneficiosos.

Es por eso que, a la vista de estos nuevos factores, ¿podría alguien sensato seguir dudando?

Finalmente, que no te pase, vecino, lo que a aquel observador indolente que, viendo que alguien se ahogaba y pedía auxilio, se mantuvo indiferente y se hizo el disimulado, hasta que vio que el acontecido nadaba hasta la orilla y, entonces, vino en su ayuda. Y el otro, aunque agotado, lo apartó de sí, diciéndole: “no me recargues con el peso de tu ayuda”.

O lo que es lo mismo: la ayuda es eficaz cuando es oportuna.

Al buen entendedor pocas palabras.

Pedro Parra